Ska-P – El vals del obrero (Crítica)

Pocos grupos lo han reventado con su segundo disco como lo hicieron Ska-P con El Vals del obrero. Pulpul, Pipi, Joxemi y compañía descargaron con fiereza sobre nuestros reproductores en poco más de 45 minutos una intensa metralla que dejaría secuelas de por vida en miles de adolescentes… y no tan adolescentes.
Con un triplete casi perfecto compuesto por la rauda, eficaz y efectiva “El gato López”, la cañera “Ñapa Es” donde vierten toda su bilis contra las España más casposa, y la oda al baile y la resistencia que es “El vals del obrero”, hacían saltar las bisagras hasta del más pintado.
Casi todas las composiciones que llenaron el redondo acabaron por convertirse en himnos; evidentemente “Cannabis” se saltó todas las fronteras, y más allá de acunarlo como himno todos los aficionados al fumeteo, les supuso un golpe de visibilidad que sorprendentemente les acercó a todos los públicos (¿¿???).
“Romero el madero” y la brillante “No te pares” quedaron entre las grandes, mientras “Revistas del corazón”, “Sectas” o “Sexo y religión” aguantaron el tipo sin llegar al nivel compositivo de sus mencionadas hermanas.
Sin duda el soplo de aire fresco que traían bajo el brazo gustó; la mezcla de ska combativo, letras sangrantes y rock urbano empastó correctamente, y se lo llevaron de calle.