Cradle of Filth – The Principle of Evil made flesh (Crítica)
Si hubo una banda que puso el Black Metal en el punto de mira del mundo de la música (tanto para bien como para mal) esos fueron Cradle of Filth.
Los ingleses irrumpieron en el panorama del metal internacional como un puto torbellino, y este The Principle of Evil made flesh que nos ocupa se usó como ariete para abrir las compuertas de la fama que les envestiría a posteriori.
Ya habían avisado con Total fucking darkness, pero el golpe sobre la mesa lo dieron con la placa que estamos revisando. No se andaban por las ramas y realmente tenían todo para triunfar, y hábiles ellos (o él) no desaprovecharon su primera ocasión para ponerse en boca de todos.
¿Black Metal comercial es lo que hacían? Pues bueno… digamos que para mí es difícil unir un término como comercial con este estilo musical, pero venga, va, sí; eran comerciales. O más bien, lo fueron después, porque aquí se mostraban sucios, guarros y extremos a más no poder. Y muestra de ello es que las hordas de la música extrema los encumbraron, para después bajarlos a hostias, cosa que ya no importó a Dani Filth.
Desde la intro “Darkness our bride (Jugular wedding)”, que daba miedo, se enfrascan en una pelea entre ellos y contra nosotros bien encaminada con las dos primeras cargas que sueltan: la que da nombre al álbum, y la misteriosa “The forest whispers my name”.
Entre interludios meten dos bombas mayúsculas más, como “The black goddess rises” y “Of mist and midnight skies”. Mención aparte para el corte que cierra la obra, que llaman “Summer dying fast”, y que es gloria bendita (no sé si esta expresión cuadra aquí, la verdad…).
La cosa dura poco más de media hora, pero si te empeñas en creértelo, vas a pegarte un viaje a los lugares más recónditos de tu mente que me vas a agradecer.
[button type=»big» color=»silver»] NOTA: 8 / 10[/button]
4
5